
Con herramientas de IA las marcas de lujo desarman al negocio de las imitaciones
La compra de imitaciones de artículos de lujo es una gran tentación para los consumidores y una constante carrera del gato y el ratón entre las marcas y los imitadores.
El negocio de las imitaciones que se estima en unos USD 1,9 billones es uno de los mayores desafíos que enfrenta la industria del lujo, y se viene acelerando en la ultima década, cuando comenzó a escalar masivamente.
Los imitadores han ido mejorando y perfeccionando sus técnicas de imitación, lo que llevó a las grandes marcas – Louis Vuitton, Hermes, Chanel, Jimmy Choo-y a revendedores como Boycapel, a incorporar métodos cada vez más sofisticados para detectar las copias.
Se requiere un gran caudal de conocimiento sobre la fabricación de productos de lujo para descubrir que se trata de una copia. La confección es artesanal y sumamente minuciosa: las costuras son realizadas a mano, los herrajes diseñado y elaborados con total precisión, y los materiales son nobles de una calidad difícil de conseguir.
Las carteras Hermes, Louis Vuitton, Channel poseen detalles que sólo un verdadero experto conoce: las costuras, la impresión del logo en lugares específicos, los herrajes, la textura del cuero o tela, y hasta en algunos casos, el olor puede desnudar el origen falso del producto.
Muchos negocios tienen staff altamente capacitado y con conocimiento de primera mano adquirido en los talleres de fabricación, o capacitaciones brindadas por las marcas en Europa.
En el caso de Boycapel, una de las socias trabajó once años en Hermes y recorrió varios talleres de la marca en ciudades europeas.
El auge de las redes sociales y la tecnología ha llevado el desafío a otro nivel.
Miles de videos de TikTok promueven los looks que todos quieren tener, como una gran vidriera 24/7 que lleva un cartel de neón “comprame”, “imitame”.
De esto, ha surgido la cultura dupe, que promueve el consumo de una copia auténtica, es decir, un producto que se vende como una imitación sin intención de sustituir a uno auténtico.
Esta tendencia, que se evidencia especialmente, entre el público de la Generación Z, no debería ser causa de preocupación para las marcas, según la consultora de marketing Morning Consult, ya que lejos de perjudicarlas, aumenta su reputación. Según esta consultora, de acuerdo una publicación realizada por el Financial Times (“Counterfeit Goes Cool”) , que una marca sea duplicada (duped) implica una señal de que es cool y buscada.
Sin embargo, la buena reputación por ser una marca deseada e imitada no soluciona la pérdida económica producida por el negocio de las copias, en especial cuando hay mala intención.
Es por ello que las marcas de lujo, así como los negocios de reventa en todo el mundo incorporaron tecnología de inteligencia artificial para ganarle al mercado fake.
Es la solución implementada por Boycapel, que desde hace ya tres años usa Entruppy, una app que utiliza IA para detectar imitaciones. Esta aplicación escanea los productos y puede detectar casos que el ojo humano pasó por alto.
La ventaja de Entruppy es que ha recabado una base de datos de millones de productos auténticos y copias desde 2012. Según Vidyuth Srinivasan, CEO de Entruppy, la aplicación ha escaneado carteras de lujo por un valor de USD 2.000 millones a la fecha, y ha detectado un total de 9,6% de productos falsos de ese total.
El negocio del fake ha llevado a las marcas de lujo a una mayor concientización de la sustentabilidad ecológica y social en su cadena de producción, y a distanciarse de las prácticas abusivas y de explotación (de recursos naturales, trabajo infantil) frecuente en las grandes cadenas de imitadores.
En un mundo en el que la identidad es un bien cada vez más valorado, el lujo se acerca cada vez más a la transparencia y la autenticidad.
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Redacción por Magdalena Bonta